Bajo presión

A pesar de que no causa dolor, puede hacerle daño. Tenemos que estar alerta a los problemas de presión alta o hipertensión. “Se dieron cuenta de que tenía la presión alta durante mi evaluación de rutina en el centro de tratamiento para  hemofilia (hemophilia treatment center o HTC) en la década de los ochenta”, dijo William R. Buchanan, hijo, de 68 años, quien tiene hemofilia severa A y VIH. Su presión era de 180/120, lo que la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association o AHA) considera una crisis de hipertensión. “Me dijeron que corría el riesgo de tener un derrame”, dijo el empleado jubilado del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de los Estados Unidos y residente de Conshohocken, Pensilvania. “Para mí, eso fue lo más preocupante”.

Al igual que Buchanan, usted debe saber que el control de la presión alta debe ser una prioridad para su salud, cuando tiene hemofilia.

Presión alta

La presión se mide en milímetros (mm) de mercurio. El número de arriba, o presión sistólica, mide la presión de su corazón cuando se contrae al máximo. El número de abajo, o presión diastólica, mide la presión de su corazón cuando descansa. La AHA define presión alta como una presión sistólica de 140–159 o más, o presión diastólica de 90–99 o más. (Ver recuadro de las “Etapas de presión alta”.)

Los factores de riesgo de presión alta incluyen la edad, sobrepeso, fumar, consumir mucha sal y antecedentes familiares.  “Me aconsejaron que redujera mi consumo de sal”, dijo Buchanan. Y que no fumara. “Fumaba un paquete al día, pero ahora solo fumo 6 o 7 al día”, dijo.

Los afroamericanos y latinos corren un riesgo dos veces mayor de tener la presión alta que los blancos, dice la AHA. Pero eso no se refleja en un estudio sobre personas con hemofilia, dijo la Dra. Annette von Drygalski, PharmD, directora del Centro de Tratamiento de la Hemofilia y Trombosis en la Universidad de California San Diego. Es coautora de un estudio sobre la presión alta del 2013 que reveló que casi 50% de los 458 hombres con hemofilia de tres centros de tratamiento tenían presión alta, en comparación con 31.7% de personas sin hemofilia. “No estaba relacionado con la raza”, dijo. “Estos números se vieron en todos los grupos de edad”.

“La presión alta también estaba relacionada con la edad, índice de masa corporal, diabetes y función renal (riñones)”, dijo von Drygalski. Sin embargo, esos factores de riesgo ocurrieron en la misma proporción que en la población general, de modo que se requiere más investigación.

Monitorizar y controlar

“Los HTC y los pacientes por igual deben empezar a prestarle atención a la presión tan pronto como sea posible”, dijo von Drygalski. Por cada 20 mmm más en la presión sistólica, el riesgo de hemorragia dentro del cráneo (sangrado en el cerebro) se duplica en la población general, explicó.

La AHA recomienda cambios en el estilo de vida para ayudar a bajar la presión. “Uno es mantener el peso ideal”, dijo el Dr. Miguel A. Escobar,  director médico del HTC de los estados del Golfo en Houston, Texas. “El segundo es una alimentación sana, menor consumo de sodio/sal”. El tercero es actividad física. Pero esto puede ser problemático para personas mayores con problemas en las articulaciones. “Tenemos que trabajar de manera individual con cada paciente para ver lo que pueden hacer”, enfatizó Escobar. Buchanan no puede caminar mucho porque necesita cirugía para remplazar la rodilla. “Puedo hacer ejercicios isométricos y un poco de ejercicios de resistencia”, dijo.

Otros problemas de salud deben ser evaluados y tratados. “Tenemos que ver si hay otros factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, como colesterol alto y diabetes, y tratarlos”, señaló Escobar. De la misma manera, como la presión alta es un factor de riesgo para ataques cardiacos, derrames y enfermedades de los riñones, estos también necesitan ser evaluados en hombres con hemofilia.

La inflamación crónica causada por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) pueden elevar la presión. También la pueden elevar los medicamentos que se usan para tratar estas enfermedades, en particular los inhibidores de la proteasa. “Los pacientes con VIH y VHC tienen el riesgo más alto de enfermedades del corazón”, indicó von Drygalski.

Medicamentos eficaces

Volverse asiduo al gimnasio y eliminar la sal no siempre es suficiente para controlar la presión alta. “Escucho a mucha gente decir que están haciendo cambios en su estilo de vida pero no tienen efecto”, afirmó von Drygalski. “A veces, lo único que realmente resulta es usar medicamentos para bajar la presión”.

Buchanan toma enalapril, un inhibidor de ACE que bloquea la producción de angiotensina, que causa la constricción de las arterias. También toma Norvasc^® (amlodipina), un bloqueador de los canales de calcio que relaja los vasos sanguíneos. “Con ellos mantengo mi presión bajo control. La última vez que me la tomaron en el HTC era de 120/80”, agregó.  Otros medicamentos que se recetan para la presión alta son los beta-bloqueadores, que bajan la frecuencia cardiaca; las estatinas que reducen el colesterol de baja densidad (el colesterol malo); y diuréticos, que ayudan a eliminar el exceso de sal y agua.

“La mayoría de nuestros pacientes responden al tratamiento”, señaló von Drygalski. “Lo mejor es que se acerquen al número ideal de 120/80”. 

Recuadro: Etapas de presión alta